22 de noviembre de 2011

Pasos

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  1. Crea un ambiente tranquilo y relajante. Apaga la televisión y cualquier otro aparato que pueda hacer ruido. La música suave puede venir bien, pero no es necesaria. Asegúrate que hayas apagado tu teléfono móvil.
  2. Siéntate en una silla o sobre un almohadón.No tienes que doblar las piernas para ponerte en la posición de loto o en alguna posición inusual, pero puedes hacerlo si es confortable para ti. Lo ideal es que la columna esté alineada (“recta”).
  3. Cuida de estar bien sentado, de modo que tu posición te permita respirar con facilidad. Esto ocurrirá naturalmente si tus rodillas están debajo del nivel de tu cintura. No es recomendable tenderse completamente, es posible que te quedes dormido al meditar en esta posición.
  4. Relaja cada músculo de tu cuerpo. No te apresures al hacerlo, toma tiempo relajarse completamente y uno debe hacerlo poco a poco. Empieza por la punta de tus pies y ve subiendo hasta que llegues a tu cabeza.
  5. Tus ojos pueden estar cerrados o abiertos (ligeramente entrecerrados). Si los tienes abiertos encuentra algo tranquilo que puedas mirar.
  6. Elige un foco de atención para tu meditación. Usualmente se utiliza la respiración. Pon tu atención en cómo entra y sale el aire por tus fosas nasales. No intentes cambiar la forma en la que lo estás haciendo. Solo deja que tu atención se centre en cómo fluye el aire por tus fosas nasales. Siente cómo el aire entra y sale. No lleves tu atención a ninguna otra parte de tu cuerpo.
  7. Cuando te vengan pensamientos, vuelve a poner tu atención en la respiración, en las fosas nasales. No se trata de que pongas la mente en blanco. Se trata de que aquietes tu mente, y de esta forma disminuirá el número de pensamientos y habrá más espacio entre los pensamientos.
  8. Si haces la meditación clásica de toda la vida, tienes que estar en silencio (y preferiblemente sin música). En silencio, centrado en tu respiración y observando cómo fluyen los pensamientos, sin identificarse con ellos.
  9. Cuando lleves un rato en silencio (lo cual constituye la parte primordial de la meditación), puedes, por ejemplo, mentalmente poner tu atención en palabras que te agraden y vayan contigo. Si eres una persona visual, en palabras que evoquen imágenes. Si eres una persona auditiva, en palabras que evoquen sonidos. Si eres una persona kinestésica (movimiento), usa palabras que evoquen sentimientos.
  10. Repite estas palabras de modo que te animen a lograr lo que deseas. Por ejemplo, repite lo relajado que estás diciendo "Estoy completamente relajado".
  11. Visualiza un lugar tranquilo para ti. Este puede ser real o imaginario. Este paso puede reemplazar la repetición de palabras, trabajar juntas o ser omitida si deseas.
  12. Con el tiempo puedes practicar otras meditaciones, igualmente clásicas y antiguas, como son la meditación de observación de la realidad, la meditación caminando, la meditación con mantras, la meditación (concentración) mirando la llama de una vela, la meditación del amor, la meditación de la compasión y otras.