2 de diciembre de 2011

La aceleración del tiempo.

Resonancia Schumann: la aceleración del tiempo (4) y Dos enlaces mas.

Fuente: http://noticiasdelfuturo.com.ar/2008/08/resonancia-schumann-la-aceleracin-del_06.html

Resonancia Schumann: la aceleración del tiempo (4)

La Resonancia Schumann mide el número 1 como un campo magnético muy alto, y el 13 como uno muy bajo. Desde 1980 y en tan sólo 6 años se elevó de 7.8 Hz hasta 12, cuando estuvo estática por siglos. Esto significa que 16 horas equivaldrían ahora a un día de 24. Si la Resonancia de Schumann llegara a la frecuencia de 13 ciclos, estaríamos en el campo magnético del punto cero. La Tierra detendría su rotación y comenzaría a girar nuevamente en la dirección opuesta. Esto produciría una reversión en los campos magnéticos con el consiguiente desequilibro ecológico y el caos tecnológico de la población mundial.


Cada uno podrá salvar a 15.000 personas


"Caerán mil y diez mil a tu diestra pero a ti no te pasará nada" (Salmo 90 Capítulo 91 versículo 7).


El cerebro es un órgano eléctrico. La memoria, la estructura psicológica humana y muchas de nuestras conductas, aún las más cotidianas se sostienen a partir del campo magnético generado por la tierra y la electricidad que dimana del cerebro. Para los humanos, estabilidad magnética y cordura son casi sinónimos. Desde hace unos dos mil años el campo magnético se debilita de modo sostenido afectando los patrones mentales de la humanidad y de todos los seres vivos que convivimos en este planeta.


Las pruebas están a la vista de todos. El aceleramiento del cambio climático, el aumento de la violencia, no solo relacionada con las guerras. Lo significativo es el aumento de la violencia cotidiana, doméstica, familiar. Varios países de Europa debieron implementar planes de protección frente a este efecto de violencia “privada”. Científicos de varias universidades españolas y francesas destacan que el aumento de la violencia familiar de los últimos años supera, con creces, el registrado en varias décadas anteriores.
Las alteraciones magnéticas también afectan a otros seres vivos. Pájaros que la utilizaban para seguir rutas migratorias se pierden y llegan a otros sitios. Ballenas, orcas, y delfines encallan entre rocas ya que sus cerebros se ven alterados en cuanto a la percepción ya no sólo del tiempo, sino de la realidad.

Todos estos fenómenos irán en aumento a medida que la energía de la cuarta dimensión vaya instalando a la tierra en un posicionamiento físico y mental distinto. El efecto básico y principal es el acercamiento entre la relación causa/efecto. Las causas generaran efectos de un modo tan inmediato que casi no habrá tiempo de separación entre ambos, lo que revolucionará por completo todos los conceptos de la física moderna. Suena absurdo hasta que recordamos la frase: “Y Dios dijo hágase la luz y la luz se hizo”. Con esta frase comienza el libro sobre el que se fundaron las bases de toda la cultura occidental, hace dos mil años. Dos mil años, el momento en el que el magnetismo de la Tierra comenzó a declinar.

La fase final será un período en el que si no tomamos, frente a un hecho desgraciado, una actitud positiva, la situación empeorará. Solo pensando en una catástrofe, la vamos a provocar. Debemos cuidar nuestros pensamientos y ponerlos en armonía con lo positivo, porque todo se irá agravando y cuando se acerque el punto crítico, el punto Cero, será demasiado tarde para improvisar. Pero siguiendo las leyes universales y actuando en consecuencia, nada podrá dañarnos. Actuar con más serenidad, hacer las cosas con amor y compromiso interior creará una energía armonizadora que hará que la Tierra reencuentre su equilibrio.

Muchos afirman que la salvación es ser parte del fenómeno, reencontrando y estableciendo una nueva relación, directa, sensible y sensitiva, con los cuatro elementos que componen el mundo: el agua, la tierra, el fuego y el aire. Sin la imposición de preconceptos podríamos guiarlos y dejarnos guiar por ellos en una nueva forma de unión constructiva. Se afirma también que una sola persona, comprometida sinceramente con este pensamiento, tendrá la capacidad de guiar y poner a salvo a 15.000 personas. Con un grupo de 500.000 seres humanos comprometidos con la nueva era, distribuidos por el mundo, actuando al unísono, involucrado con esta nueva visión de futuro, se lograría que el pasaje del estado actual al de la cuarta dimensión sea posible. Sin víctimas, humanas y no humanas, en todo el planeta. Ahora, la pregunta es ¿estamos a la altura de este desafío? ¿Aceptaríamos comprometernos de un modo tan profundo y sincero como para que su gesto salve a 15.000 personas? Todo nos parece lejano aunque el tiempo pase cada vez más rápido. Las respuestas están en el futuro.



Fuente: http://50grados.blogspot.com/2007/08/la-resonancia-schumann.html
¿Ha sentido que el tiempo pasa más rápido?

A unos 100 kilómetros de altura, sobre la superficie de la tierra se encuentra la ionosfera. En esta zona se da un campo electromagnético predicho matematicamente por el señor Schumann por 1952. Este campo posee una resonancia de 7.83 Hz (hertz) o ciclos por segundo. Para los mas esotéricos pueden pensar que es el latido del corazón de la tierra.

Los mamíferos (si, incluidos nosotros) también tenemos un campo electromagnético, que ¿coincidentemente? es el mismo de la tierra. O sea estamos en armonía con la tierra.


Sucede, que a partir de los década de los 80s la resonancia del campo comenzo a aumentar, y de forma acentuada durante los 90s. En resumen hoy la resonancia de Schumann es 12 Hz.


Entonces la medición de la rotación de la tierra por la escala de Schumann cambio, el día que era medible en 24 horas, ahora lo es por 16. Así es, la percepción de que todo esta pasando más rápido no es ilusoria, es el trastorno de la resonancia de la tierra.
Una aclaración: el tiempo no existe (el reloj no es el tiempo). Lo medimos como una convención para ordenarnos en este mundo espacial. La frecuencia Schumann es un atractivo y fascinante fenómeno físico. Aún no sabemos si hemos sido capaces de perturbarlo o si su aumento es parte de una frecuencia natural.



Fuente: http://www.netdancerplanet.info/2003/11/estar-o-no-en-la-onda.html

Estar (o no) en la onda

Hace algo más de 2 años escribí en el abandonado biolog de esta página un microrrelato que esta tomando tintes proféticos. Aún recuerdo cuando, hace aún más años, presenté un relato a concurso que resultó ser casi un plagio de un libro de Stephen King -salvando las distancias- del que yo desconocía su argumento, y prácticamente su existencia. Imaginad entonces la vergüenza, así que esto ya no me pilla de sorpresa.

En la década de los 50, el profesor O.W. Schumann de la Universidad Tecnologica de Munich (Alemania) descubrió un tipo de ondas naturales provocadas por el efecto de la resonancia Tierra-aire-ionosfera a una frecuencia de 7′8 ciclos por segundo, en sincronía con las ondas cerebrales generadas por el hipotálamo de los seres humanos y de todos los mamiferos en general. Estas ondas recibieron el nombre de Ondas Schumann en honor a su descubridor, y siempre han estado rodeadas de una gran controversia (aún hoy es difícil encontrar información fiable sobre la mismas). Según parece, la carencia del estímulo de estas ondas provocaría graves problemas de salud, especialmente arritmias cardiacas y alucinaciones, y es por ello que desde hace años la NASA dota de generadores artificiales de Ondas Schumann a todas aquellas naves tripuladas que vayan a operar fuera de la atmósfera terrestre.
Vayámonos ahora hasta Alaska…

En Gakona (Alaska) se encuentra la sede del polémico HAARP, o lo que es lo mismo: High Frequency Active Auroral Research Program (Programa de Investigación de Aurora Activa de Alta Frecuencia). Gestionado por las Fuerzas Aéreas y la Marina de los Estados Unidos, el funcionamiento de HAARP se basa en la emisión de ondas electromagnéticas hacia nuestra atmósfera para su posterior estudio. Concretamente hacia la ionosfera, una capa que se extiende a unos 80 kilómetros de la superficie terrestre hasta los 800 kilómetros que contiene principalmente partículas ionizadas.

Numerosas son las voces que se han alzado contra el proyecto HAARP que, con sus antenas de cientos de millones de vatios de potencia, bombardea la alta atmósfera provocando ionizaciones de consecuencias imprevisibles. Por otro lado, gracias al efecto “espejo” de la ionosfera, HAARP podría dirigir sus efectos hacia cualquier zona del planeta ¿Y cuales podrían ser estos efectos? Pues no es muy difícil imaginarlo: Alteraciones electromagnéticas capaces de generar y/o intensificar tormentas, estimular fallas naturales o, puestos a elucubrar, alteraciones en las Ondas Schumann para la modificación de comportamientos a niveles locales.

Por cierto, en febrero de 1998, el Comité del Parlamento Europeo de Política de Relaciones Exteriores, Seguridad y Defensa, mantuvo audiencias públicas en Bruselas en relación al programa HAARP. El Comité solicitó que un cuerpo internacional independiente examinara las implicaciones legales, ecológicas y éticas del proyecto, en virtud de su profundo impacto sobre el medio ambiente. La solicitud fue rechazada.

Independientemente o no del HAARP, lo cierto es que el índice de Resonancia Schumann en el planeta Tierra parece haberse incrementado de manera dramática en los últimos 7 años, y actualmente rondaría los 12 ciclos por segundo (el registro más alto del que se tiene constancia). Asimismo, el magnetismo natural terrestre estaría ahora en poco más de 1 Gaus, mientras que en 1996 era de 4 Gaus. Estas informaciones, como ya creo haber comentado, son difícilmente contrastables, aunque he encontrado mediciones diarias de la Resonancia Schumann en la web del departamento para el estudio de terremotos de la Universidad de Berkeley. Según los científicos más alarmistas, parece ser que los actuales movimientos migratorios erráticos de numerosas especies, así como el comportamiento especialmente violento del ser humano, podrían estar íntimamente relacionados con estas distorsiones magnéticas. También se dice que tan solo un ciclo más por segundo en el actual Índice Schumann y la humanidad se verá seriamente afectada por fuertes dolores de cabeza, insomnio, vómitos y pérdida del sentido del tiempo y la realidad. El delirio generalizado.

Podemos tratar de darle una perspectiva más personal a todo este sinsentido con nuestra propia percepción del mundo que nos rodea, y es que se asegura que nuestro reloj biológico (al estar en sincronía con el Índice Schumann) podría hacer que, a efectos orgánicos, los días nos parecieran más cortos. Concretamente, el lapso de tiempo que hace diez años conformaba un día, ahora lo estariamos percibiendo en 16 horas. Ojo, los días siguen siendo de 24 horas, simplemente nuestro reloj biológico estaría más acelerado que hace 10 años y eso afectaría a todo nuestro organismo (desde fisiológicamente, hasta en el modo que percibimos el subjetivo tiempo). Algo que me recuerda una inquietante Hadice (las Hadices son las profecías apocalípticas reveladas por Mahoma, algo así como el equivalente islámico al Apocalipsis): “El tiempo se acortará al grado que un año parecerá un mes, un mes un día y un día una hora. Cuando el tiempo se contraiga, el saber será arrebatado, habrá guerras civiles, la avaricia caerá sobre el corazón de los hombres, y reinará el asesinato…”
Si has conseguido leer hasta aquí, me gustaría que me contestaras en los Comentarios a una sencilla pregunta:
“¿Has notado alteraciones en tu percepción del tiempo?”
Sería interesante recopilar vuestras opiniones al respecto para intentar arrojar un poco de luz sobre el tema.